Boris Rojas Cortés, Editor Empresa Periodística Somos Industrias.
Hace algunos años estuve sentado en uno de los escaños del ex congreso como consejero nacional de un cuerpo partidario, hablando de cómo podríamos aportar al desarrollo de nuestro país, soñando un Chile más abierto, pluralista, inclusivo y moderno. Junto a académicos, políticos, juristas, economistas, etcétera, discutíamos cómo debíamos hacerlo para encaminar a nuestro país desde un aporte personal, pero forjado de manera colectiva.
Hoy, algún tiempo después de esa linda experiencia miro con cierta nostalgia y romanticismo lo que 155 mujeres y hombres hacen desde el mismo lugar, esta vez con una responsabilidad mucho mayor: La de forjar la nueva Constitución Política de la República de Chile.
Dejando de lado la composición de la Convención Constitucional debemos tener claro que estamos siendo testigos de un hecho histórico en nuestro país, un hecho que cimentará la nueva personalidad de una patria que, querámoslo o no, ansiaba una nueva carta fundamental redactada en democracia, para un país que va entendiendo el sentido de la libertad.
No es necesario compartir el pensamiento político de muchos de los que están ahí para sentir que estamos siendo parte de un momento histórico, un momento que debemos seguir y en el que tenemos que hacernos parte.
