5G: El Camino Hacia Una Nueva Forma De Comunicarnos

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En las comunicaciones algo está cambiando, mucho hemos escuchado de la irrupción del 5G o la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil que viene a reemplazar el 4G, pero ambas no comparten virtualmente nada en el plano tecnológico. La tecnología 5G no es la evolución de 4G, sino un nuevo y disruptivo estándar tecnológico, para una nueva forma de comunicarnos. Este estándar de comunicaciones 5G es algo más que una promesa de velocidad por lo cual, es prioritario, informarnos de sus potenciales beneficios y a partir de ello, dejar volar nuestra imaginación para buscar alternativas de integración a nuestros procesos productivos y sociales, antes de pronunciar frases como “yo no necesito 5G, ya estoy bien con 4G”. Intentar “Pensar 5.0” es parte de este desafío que puede tener un alto impacto en nuestras vidas y en el entorno.

Para entender la necesidad de un cambio de tecnología podemos desplazarnos mentalmente a un estadio, a un concierto o universidad, segundos después de un fuerte movimiento sísmico, en el momento en que todo el mundo intenta comunicarse con sus seres queridos, pero la red 4G se hace más lenta, pierde conexión, aunque estés parado bajo la antena. Lo anterior, es considerado normal ya que hay muchas personas intentando conectarse al mismo tiempo, y no le damos mayor importancia, hasta que lo racionalizamos diciendo “pocas veces ocurre esto”, que tanta gente logre saturar una antena de este tipo.

El escenario cambia cuando cada persona porta más de un dispositivo que mantiene conexión, ya que hoy los relojes también se conectan a Internet, cuando hay zapatos conectados, sombreros conectados, camisetas, collares, anillos…que se suman a los tradicionales smartphones, tablets y notebook que porta cada persona que circula o se encuentra por la ciudad. Dicho de otra forma, cuando la cantidad de dispositivos conectados comienza a multiplicarse comienza el problema, pero no solo las personas se conectan a través de sus dispositivos, sino que estos se conectan entre sí. Este número creciente de “cosas conectadas”, también demandan su espacio en la limitada antena, que acabará saturándola. Es ahí cuando entra en juego la tecnología 5G, la cual se caracteriza principalmente por altas velocidades de transmisión (entre 1 Gbps y 10 Gbps), de muy baja latencia o tiempo que tarda en transmitirse un paquete de datos dentro de la red. (entre 1 ms y 5 ms), un consumo energético mínimo, opciones de seguridad y privacidad muy mejoradas y que consigue multiplicar la cantidad de dispositivos conectados por metro cuadrado, de una forma impresionante (100 veces más dispositivos en el mismo espacio que su predecesora); aunque tiene un precio alto: ya que hay que crear una infraestructura enorme prácticamente desde cero.

Como vemos, las prestaciones esperadas de esta nueva red de comunicaciones son enormes en comparación con la actual red 4G. La tecnología 5G se aproxima a la de las redes Wifi, más que al 4G. Las ondas milimétricas (van desde los desde los 600 MHz a los 50 GHz, aunque se podría llegar a los 300 GHz) se encontrarán obstáculos insalvables en las ciudades, tales como muros, ventanas o árboles. Esto significa que las antenas de telefonía 5G no serán grandes y no estarán situadas en las azoteas de los edificios, o simulando palmeras o letreros publicitarios, sino que más bien se hablará de “repetidores” que estarán situados más cerca del suelo, en cualquier punto susceptible de tener alta demanda de datos. Esto significa que las antenas serán mucho más pequeñas y emitirán mucha menos potencia que las actuales. Esa misma cercanía de los repetidores con respecto a nuestros dispositivos garantizará la prácticamente nula latencia y el enorme ancho de banda disponible.

Para el público general, el 5G significará el acceso a la banda ancha móvil “de verdad”, y la posibilidad de disfrutar del Internet de las cosas IoT, desarrollar aplicaciones futuristas como las Smart City, la telemedicina, las operaciones tele asistidas o el disfrute de un vehículo autónomo quizás. Por nuestra parte, como Universidad de La Serena ya estamos preparando nuestro laboratorio experimental 5G para acoger nuevas innovaciones públicas y privadas sobre esta plataforma, visítanos en el Laboratorio de Fabricación FABLAB FIULSÁrea Big Data, Sensorización y 5G.

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