MES INTERNACIONAL DE LA MUJER

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El editor de la Revista Somos Industrias nos deja una reflexión sobre la importancia del rol de las mujeres y como ellas forjan personas de bien.

Hace un tiempo atrás, no mucho, las mujeres eran miradas como el sexo débil, debían estar en casa obligatoriamente atendiendo al marido proveedor y a los niños. Hace un tiempo atrás, las mujeres eran cosificadas, incluso se entendía su existencia con un fin reproductivo, sus tareas habituales no se alejaban de la costura, la lectura (siempre y cuando no las hiciera pensar mucho), la cocina y la instrucción educativa de los hijos.

Hoy, es un poco violento leer esto, imaginarse en ese contexto resulta ser conmovedor y triste. ¿Qué derecho teníamos los hombres de menospreciar a ese nivel tan bajo a las mujeres?, ¿Por qué ese machismo enfermo?, ¿Por qué, de verdad, por qué?.

Yo vengo de una familia donde la abuela es la reina, la señora Blanca es quien nos reúne como clan, a ella se le consultan las decisiones familiares, en su casa se presentan los nuevos integrantes de la familia que van naciendo, ella es la primera en la lista de las invitaciones familiares y no sólo por cariño y amor, sino por respeto. Por ese respeto que
infunde una mujer trabajadora, esforzada y empoderada de si misma. Soy hijo de una mujer que nos crío, a mi hermana y a mi a punta de sacrificados trabajos, estricta pero cariñosa, amable y tierna, talentosa por donde se le mirara, de una fe tremenda y de un corazón aún más grande. Cuánto amo a mi madre y cuánto la extraño porque partió a muy temprana edad a los brazos de Dios. Soy hermano de mujer, a pocas personas admiro tanto como a ella, fue madre joven y ha sabido ser el reflejo de lo que tuvimos nosotros como madre. Soy tío de una mujer, una chica hermosa de 13 años que ya piensa en cómo aportar a la sociedad desde el arte, sabe sus derechos, sabe que nadie puede pasar por encima suyo, tiene carácter y es feliz.

¿A que voy con todo esto? A qué siento el derecho, no siendo mujer, de decir que esta lucha que han llevado a cabo no es una moda, es una reivindicación de sus derechos, una lucha justa. Hay deudas sociales que debemos reparar en el empleo, en los sueldos, en el acceso a la educación. Debemos formar una sociedad de igualdad y equitativa.
Esto debe ser más allá que un pañuelo morado, debe ir más allá de una marcha. Los cambios sociales se hacen mientras se hacen, no mientras se pida que se hagan simplemente porque no se ejecutan solos o desde solo una parte, sino de una sociedad entera que reconozca a todos sus hijos como iguales en dignidad y derechos.

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