La directora de la Revista Somos Industrias entrega un mensaje a las mujeres, especialmente a las del Barrio Industrial al conmemorarse su mes.
¡Que gusto me da poder escribir esta columna! Y es que hoy vengo a hablar de nosotras: las mujeres. Por que sí, aunque el mes de marzo por todos lados se destaque la labor social que desarrollamos, nadie sabe a ciencia cierta quienes somos realmente mas que nosotras mismas.
La historia de la humanidad ha estado marcada por nuestro aporte y por nuestro gran valor para construir la sociedad. Se nos ha hecho creer que somos la sombra de alguna figura masculina, pero que cierto es que sin duda somos
luz propia, luz extremadamente potente que ha alumbrado grandes aciertos, grandes descubrimientos, grandes momentos que sin nosotras no podrían haber acontecido.
Somos vida, madres, hijas, empresarias, presidentas, gerentas, enfermeras, psicólogas, terapeutas, científicas, alumnas, maestras, tanto y todo. Acá no vengo a desmerecer a los hombres, los que sin duda a la par nuestra también juegan un rol fundamental, lo que hoy quiero hacer es destacar la igualdad, la paridad y lo mucho que hemos podido ser para nuestras familias, nuestras empresas, nuestros negocios, nuestros barrios, nuestra nación y para el mundo entero.
Como directora de esta revista, en esta edición, he solicitado a nuestro equipo que haga eso, destacar especialmente el rol de las mujeres, las compañeras de nuestro Barrio Industrial, chicas a las que quiero, a las que admiro y a las que orgullosamente me he preocupado de apoyar en lo que he podido; porque de eso se trata ser mujer, convertirnos
en una fuente inagotable de generosidad y desinterés.
¡Felicitaciones chiquillas! Felicitaciones a ustedes y a cada una de las mujeres que trabajan con ustedes y conforman sus equipos, a las mujeres de su casa, de su familia, a todas cuantas conozcan y que de otra manera aportamos a que este mundo sea un mejor lugar para las futuras generaciones.
