PATRICIO ARAYA CAMPAÑA, Presidente de ASOINCO A.G.
Ya han pasado casi 5 meses del día en el que como algunos dicen, “Chile cambió” o “Chile despertó”. El tiempo transcurrido y los hechos acontecidos en este período de soterrada calma permiten hacer un análisis y un diagnóstico que no deja de ser bastante particular.
¿Chile cambió? Sí, absolutamente. La incertidumbre, la tensa calma, el pesimismo, la rabia, la incredulidad, el miedo, el desencanto, la desesperanza, la impotencia y la resignación son su espectro, los encargados de resguardar el orden público y los que supuestamente lideran las demandas sociales se habrán preparado para estar a la altura de resolver el conflicto que tenemos como País.
Las señales indican que no porque existe una intransigencia en cuanto a llegar a acuerdos y tratar de imponer su visión ideológica por sobre el bien común, la creencia de que existe una varita mágica llamada Constitución de la República que llegará a solucionar todos los problemas existentes en el País no hace más que exponer la ignorancia de los actores antes mencionados y del ciudadano común que han sido complacientes con el debate de fondo. La irresponsabilidad de plantear cambios drásticos de la noche a la mañana sin siquiera tener un debate responsable con cifras y con proyección de futuro, ha llevado la desorientación y el desenfoque que estamos viviendo del cuál se aprovecha un grupo minoritario que valida la violencia como medio de protagonismo sin poner ninguna propuesta sobre la mesa. ¿Tenemos que hacer cambios? sí, absolutamente porque existen desigualdades de las que nos tenemos que hacer cargo cómo País, pero todo tiene que ver en como hacemos un trabajo en conjunto como sociedad responsable para llevar a cabo una Nación más equitativa.
La mayoría de las demandas que se plantean para generar más igualdad involucran mayor recaudación mediante reformas tributarias y laborales, pero no han reparado en que para conseguirlo la economía debe ser dinámica y se deben generar las condiciones como Nación para incentivar el crecimiento y el emprendimiento. Los Pymes , como siempre, hemos sido los más afectados con éstos meses de incertidumbre y de violencia, ya que hemos tenido que acotar nuestros planes de crecimiento a corto y mediano plazo , lo que ha llevado a generar despidos de personal y el cierre de empresas, ya que somos los mas sensibles a los vaivenes que pueda generar la economía.
¿Chile despertó? Sí, pero se levantó con el pie izquierdo al parecer y con incertidumbre vemos que todavía siguen algunos dormidos. Tenemos una oportunidad única , como nunca en que como Sociedad podamos generar un cambio que sea positivo para nuestro País pero es triste ver como una minoría mediante la violencia afecta el quehacer de millones de chilenos destruyendo lo que es de todos como medios de transporte, de circulación, instituciones públicas, servicios médicos, comisarías, plazas etc.
Si queremos cambios participemos de manera responsable y mirándonos al espejo con una mirada propositiva, sin contaminarnos con el miedo que se ha impuesto en estos meses y siendo responsables en saber que los cambios no se hacen de la noche a la mañana, sino que todo es un proceso que lleva tiempo y generosidad.