SISTEMA DE PENSIONES EN CHILE: LOS CAMBIOS HACIA UN MODELO DE DIGNIDAD Y DESARROLLO

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Cuando pienso en pensiones se me hace inevitable no pensar en don Fernando, un señor de 72 años que recibe una pensión de ciento cincuenta mil pesos, monto que claramente es insuficiente para cualquier hogar por muy humilde que sea. Don Fernando, para mejorar sus ingresos, sale a diario de su casa empujando su triciclo para vender sus productos frente a la sala de emergencia del hospital de La Serena, su trayecto hacia el lugar es de unos dos kilómetros de ida y de vuelta, teniendo que enfrentar varias dificultades. Su regreso a casa por lo general es de noche, lo que también implica riesgos que se incrementan considerando su edad.

Tampoco dejo de pensar en don Juno, un señor de la zona de Las Cardas, quien para sobrevivir a sus 73 años debe salir a trabajar a una pequeña mina donde gana unos $10.000 al día, la que se suma a su pensión de ciento diecisiete mil pesos también es insuficiente. Estoy seguro que en Chile hay muchos Fernando y Juno, lo que a mi parecer no hace otra cosa que graficar nuestra sociedad como egoísta, miserable, irrespetuosa e insensible, incapaz de entender y valorar que Chile ha sido construido por estos chilenos y chilenas que se rompieron la espalda para que hoy gocemos de todos los beneficios que esta nación nos da. La de hoy es una generación que desconoce los esfuerzos
de estos chilenos que hoy debiesen estar descansando y disfrutando mejor de su vejez, pero que a cambio de eso sólo los ha castigado, obligándolos a trabajar hasta su muerte.

Cuando escucho a la clase política y a los jóvenes de hoy me da la sensación de que pensaran que el dinero brota de los árboles. No considerando los esfuerzos que se deben hacer para conseguirlo, creen que todo es fácil y tienen una concepción del Estado como el que debe proveerlos de todo, sin dar nada.

Creo que como nación hemos desperdiciado esa base económica y política que habíamos logrado, de haber hecho los cambios oportunos, no estaríamos en la encrucijada que hoy estamos, podríamos ser un país próspero en todos los ámbitos, educación, salud, pensiones y buen nivel de ingresos y haber alcanzado el desarrollo. Pues bien, no lo hemos logrado, y esto es exclusivamente responsabilidad de una clase política incapaz de proyectar este país hacia el futuro en temas fundamentales, que desde mi ignorancia no son más de cinco.

Hoy me referiré sólo a uno: Las Pensiones.

Dicen por ahí que las soluciones fáciles se crean desde la ignorancia y como yo soy ignorante en ciertos temas me hago varias preguntas como ¿Por qué no crear un AFP, donde los trabajadores sean los propietarios?, ¿Por qué no hacemos un depósito de unas 40 UF a cada chileno al nacer?, ¿Por qué no invertimos estos recursos en infraestructura de Chile, la cuál renta mínimo 7% al año? Como estamos en un sistema donde la competencia de las empresas es fundamental, creo que le haría extraordinariamente bien a las AFP generarles una competencia dura, dada
por una AFP de los trabajadores, la que invierta sus recursos en la infraestructura de Chile, considerando carreteras, autopistas, pasos internacionales, puertos, aeropuertos, traer el agua de sur a norte, etc.

Esta nueva AFP sería privada, de propiedad de los trabajadores, donde en primera instancia puedan participar quienes ganen menos de $700.000 mensuales (por ejemplo), estos recursos percibidos se destinarían al desarrollo de Chile. Lo maravilloso de este modelo propuesto es que estas inversiones son de muy bajo riesgo y estarían garantizadas por el Estad.

Además representa un ingreso permanente y constante y una proyección de crecimiento con alta diversidad de clientes. En esta AFP donde los trabajadores serían socios y propietarios, todos pagamos pequeños montos y si uno o varios dejan de usar estas inversiones no afectaran los ingresos de forma inestable, excepto con lo que ocurre hoy en el caso de esta pandemia y que si ha afectado.

Creo que con este modelo, en Chile se generaría una sinergia y credibilidad maravillosa, las personas que pertenecerían a esta AFP, sentirían que son parte el sistema, el que contaría con la administración compuesta por el mejor directorio privado del sector, con reglas muy claras y siendo auditadas permanentemente.

Depósito al nacer

Esta es una de mis ideas favoritas. Proyectémonos a 65 años más, y que en Chile existan al menos dos millones de personas que deban recibir una pensión básica solidaria de la cual el Estado se deba hacerse cargo, cuyo valor
sea de $170.000, unos doscientos cuarenta dólares. Si lo multiplicamos por dos millones de jubilados y lo llevamos anual, el Estado estaría gastando cinco mil quinientos millones de dólares aproximadamente al año (US $ 5.500.000.000).

Vamos a los datos. El año 2020 nacieron cerca de 190.000 personas en Chile. Si tomamos la decisión de hacer un aporte de 40UF por una sola vez al nacer, para estos chilenos que jubilarán en 65 años más, significaría que el Estado
anualmente tendrá que invertir unos trescientos diez millones de dólares equivalente al día de hoy (US$310.000.000).

Si tomamos este millón doscientos mil pesos (40 UF Aproximadamente) y lo invertimos en esta nueva AFP a una rentabilidad anual de 7%, significaría para alguien que nunca ha trabajo, reunir ciento doce millones de pesos ($112.000.000). Con este monto de ahorro, si le continuamos pagando la misma rentabilidad se podría jubilar con unos $650.000 al mes equivalente al día de hoy, sin tocar sus ahorros, consumiendo sólo los intereses.

En el caso de un trabajador medio, que gane unos $500.000 y aporte el 10% a su cuenta individual, el ahorro que lograría reunir es doscientos cuarenta y cuatro millones de pesos ($244.000.000), con este monto de ahorro, si le continuamos pagando la misma rentabilidad del 7% año se podría jubilar con un $1.400.000 mensuales, sólo con la rentabilidad.

Ahora bien, este sistema sería tan potente que el ahorro que se generaría en Chile en los trabajadores sería de tal tamaño que no tendríamos en qué invertirlo, por lo que debemos abrir la cartera de inversiones a otros sectores de menor rentabilidad, como por ejemplo, un banco que financie créditos hipotecarios, los cuales tienen una rentabilidad anual del 4%, donde todos los que cumplan los 65 años migren a estas inversiones, con lo cual sus jubilaciones serían para el que nunca pudo aportar a su cuenta individual de $367.000 y para el que aporto su 10% de $800.000-.

En resumen, para que esta propuesta resulte, todas las actividades propuestas se deben cumplir y son dependientes unas de las otras, es decir, nueva AFP de los trabajadores, directorio privado, inversiones en infraestructuras del país, rentabilidad mínima siete por ciento al año.

El resultado sería lo que se puede llamar un circulo virtuoso:

1- Los trabajadores tendrían pensiones realmente extraordinarias en relación a su sueldo como activos.
2- El estado se ahorraría en el futuro unos US$ 5.300.000.000 al año a partir del año 65.
3- El ahorro que lograría tener en estos fondos seria inimaginable, los trabajadores de Chile pueden ser dueños de lo que se imaginen.
4- Simplemente terminaríamos con la pobreza en Chile.

Por últimos, para subsanar las pensiones de las personas que están jubilados y se jubilarán en los próximos 65 años, debemos crear un fondo mixto, personas, empresas y Estado, que permita mejorar mes a mes las pensiones de este grupo de jubilados.

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