¿QUÉ ENTENDEMOS POR ECONOMÍA CIRCULAR?

0
941

Leamos la primera columna de Cristian Martínez, socio y director de GEF.

Entendemos por economía circular al sistema de producción y consumo que promueve la eficiencia en el uso de materiales, agua y energía. Considera en su definición la capacidad de recuperación de los ecosistemas y el uso circular de los flujos de materiales. Pretende también incorporar la extensión de la vida útil de los recursos a través de la implementación de innovación en tecnología y la colaboración entre diferentes actores para impulsar modelos de negocio de desarrollo sostenible.

Más allá de las definiciones técnicas y las regulaciones, tales como la ley 20.920 de responsabilidad extendida del productor y fomento al reciclaje, lo cierto es que ya la cantidad de recursos naturales que el planeta extrae diariamente es superior a la propia capacidad de generación que éste tiene, por lo que nos enfrentamos a un problema global que requiere de un cambio en los paradigmas productivos empresariales actuales.

Los procesos productivos se han caracterizado hasta ahora por ser principalmente lineales, lo que implica comprar materia prima, transformarla, venderla y eliminar los residuos en vertederos habilitados, sin mirar mayormente el efecto ambiental acumulativo que día a día, mes a mes y año a año se ha ido generando. En este contexto las acciones que las personas y empresas cometan, como grandes actores de este sistema, resultan vitales para cambiar la tendencia. Las personas, por una parte, quienes son las consumidoras de una serie de productos y servicios que aún no concientizan la urgente necesidad de comprometerse más con el planeta, y por otro lado las empresas, que no efectúan cambios en sus procesos productivos, ya sea por desconocimiento, temor al cambio, ausencia de innovación e simplemente por un paradigma organizacional.

Lo cierto es que ya se habla en los mercados más desarrollados de que en un futuro más cercano que lejano existirán impuestos verdes. Un ejemplo de esto es que para entrar a un país con fruta chilena será tan relevante, como la calidad y precio de la misma, la huella de carbono que ésta conlleve. Pensar que nada cambiará a futuro es una miopía que pondrá en jaque la permanencia de muchas empresas, cuyos directores, gerentes y dueños son los responsables de mantener funcionando, siendo por tanto urgente la necesidad de adaptarse a los cambios que el mundo exige.

Desarrollar diagnósticos del estado de circularidad de nuestros procesos productivos, así como también de los de nuestros proveedores, son un primer paso para ir quebrando los paradigmas organizacionales. Del mismo modo que la transformación digital está afectando los modelos de negocio de muchas industrias, lo suyo hará también la economía circular. No en vano el mundo que se nos avecina a pasos agigantados nos obligará a la digitalización, a la economía circular y a productos triple impacto (económico, social y ambiental).

Es deber de todos y de cada uno de nosotros contribuir para lograr un cambio de tendencia que mejore la calidad de vida de nuestros descendientes.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here